Con una idea totalitaria, lo social se ha caracterizado por la diversidad, complejidad,
variabilidad e inmaterialidad, ocupándose de múltiples aspectos de la acción humana y
a su vez, de las relaciones que entre ellos fluctua. Estas flutuaciones conllevan a la cosmovisión con enfoque local, regional y, obviamente, mundial; ello abarca por tanto, la ser humano en su individualidad o colectividad, de acuerdo a su realidad.