La violencia en el Sistema de Educación Superior (SES) es un problema sistémico que afecta no solo la calidad de la educación, sino también la salud física y emocional de las personas que conforman el sistema y la integridad de la comunidad académica en su conjunto. La necesidad de abordar este problema se vuelve aún más apremiante debido a la alta incidencia de violencia que enfrentan las mujeres y personas LGBTIQ+ en estos entornos. Este justificativo se basa en la premisa de que es fundamental crear un plan integral que aborde este problema de manera efectiva, a pesar de la falta de presupuesto y las deficiencias en los protocolos de prevención existentes.
Por su parte, la violencia en las instituciones de educación superior (IES), es un fenómeno ampliamente documentado y preocupante. Las investigaciones muestran que las mujeres y personas LGBTIQ+ son especialmente vulnerables a diversas formas de violencia, que incluyen acoso sexual, discriminación, intimidación y agresiones físicas. Esta violencia no solo afecta negativamente el bienestar, sino que también crea un ambiente académico hostil que dificulta el aprendizaje y la participación plena en la vida universitaria.
Añadido a esto, las entidades rectoras del SES y las IES pueden enfrentar restricciones presupuestarias significativas. Sin embargo, es imperativo considerar que la violencia no solo tiene un costo humano alto, sino también un impacto negativo en la reputación del sistema y su capacidad para dar solución a esta problemática.
Por último, la existencia de protocolos de prevención es fundamental, pero su eficacia a menudo se ve comprometida por deficiencias en su implementación y seguimiento. Es crucial abordar estas deficiencias y trabajar en la mejora de los protocolos existentes para garantizar que sean efectivos en la prevención y erradicación de la violencia por género y diversidades sexogenéricas.
Reducir la violencia en el SES es una obligación moral y un requisito para crear entornos inclusivos y seguros para todos quienes conforman el sistema. Esto no solo beneficia a las víctimas directas de la violencia, también contribuye a una cultura académica positiva y constructiva en la que todos puedan prosperar.
Con el objetivo de dar respuesta a las dificultades que se presentan ante la voluntad de reducir la violencia de género y diversidades sexogenéricas, se construye en el presente “Plan de prevención y erradicación de la violencia por género y diversidades sexogenéricas en el SES para el período 2023-2026”. El Plan se organiza con base en tres grandes ejes: 1) prevención, 2) atención, y 3) protección y reparación.